30 de enero de 2013

Nilda y Apolo.





Gracias a ellos conocí cosas muy lindas, estuvieron presentes muchos años de mi vida. Me vieron nacer crecer y me hubiera gustado que sigan acá conmigo. 
Como no puede ser, porque por alguna razón se fueron, hago este pequeño homenaje. 
Con o sin tatuaje se que están conmigo. Pero es lindo leer sus nombres en mis tobillos y recordar todas las cosas buenas que me dieron. 
Puedo decir que tuve y sigo teniendo los abuelos más lindos que se pueden llegar a existir. 
¡Gracias por todo!

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